Ricardo Menéndez Salmón
El corrector, el libro con el que Ricardo Menéndez Salmón cierra su trilogía sobre el mal, tratará sobre los atentados del 11-M en Madrid y sale a la venta el 17 de febrero. El lunes estuvo de visita en la Universidad Pública de Navarra, el autor, y desveló algunas líneas del libro que da la impresión de que van a ayudar a revivir polémicas hoy enterradas.
No espero, de todas maneras, un acercamiento histórico a la cuestión. Sería desconocer la trayectoria del autor. Espero, más bien, finas reflexiones sobre algunos aspectos de aquellos atentados que, como agujas de acupuntor, nos hagan sentir rabia, asco, miedo, odio... nos hagan sentir, a secas, habilidad que Menéndez Salmón se empeña en compartir libro tras libro.
Como adelanto, acerco unas perlas que nos soltó en la charla.
Sobre El corrector:
1.- “Trata sobre una de las formas en que se presenta el mal: la mentira.” O sea, que va a tratar sobre las mentiras de un gobierno que, con el sucio fin de aferrarse al poder, pretendió sumir al país en un pozo informativo distinto de lo que la realidad impuso finalmente. “Pretendo hablar sobre otro tipo de mal, el mal de la manipulación política”, extendió.
2.- “El corrector es una novela intimista con ciertos momentos de autobiografía”. Menéndez Salmón se ganaba la vida como corrector de textos. “De todo tipo”, explicó con cierta ironía sobre los textos que corregía. Por eso lo del título, El corrector, y de ahí el inicio de la novela: cómo él vivió aquel día imborrable en la historia del país. “Contará, en cierta manera, cómo viví yo aquellos en mi oficina”.
3.- “No pretende ser la gran novela sobre el 11-M en España, no tiene nada que ver con El hombre del salto, de Don DeLillo”, aclaró, por si algunos pensaban que Menéndez Salmón transmutaría su estilo, dejaría de lado el simbolismo y la fantasía y se convertiría en un biógrafo social.
En La ofensa habló sobre la guerra, en Derrumbe sobre el miedo y en El corrector lo hará sobre la mentira. Tres de las manifestaciones del mal, según el autor de la saga. Yo espero con ansia el tercero para ver si cumple con lo que se espera de él.
Ricardo Menéndez Salmón no tiene pelos en la lengua, le gusta meter el dedo en la llaga y hurgar hasta tocar hueso. O hasta que le devuelvan el puñetazo. De momento, cuenta con la ventaja de que la cultura literaria en España es más bien discreta, y se circunscribe a ciertos best-sellers políticamente intachables. De esta manera escribir puede hacer el mismo daño que enviar un mensaje en una botella al océano.
Pero Menéndez Salmón ya no es un desconocido, un autor novel. La próxima será su sexta novela, más dos libros de relatos y unos cuarenta premios literarios en su haber. Ahora la botella es más fácil que encuentre su destino y el mensaje llega adonde no se quiera oír. Y será polémico. Y saltarán las huestes de la mentira y la manipulación a por él.
Por lo menos eso espero, que salten, que le den toda la publicidad que merece su habilidad literaria.
Algunas otros temas de los que habló.
Literatura
- Sobre calidad en la literatura. “Pretendo escribir buenos libros”
- Ciencia ficción. “Casi todos los autores actuales escriben novelas de corte cercano al realismo”. Es muy difícil, según Menéndez Salmón escribir ahora novelas de ciencia ficción. Los avances llegan demasiado rápido a la realidad y es imposible plantearse realidades futuras, como hizo en su día Julio Verne, porque antes de terminar el libro ya están presentes en la realidad.
- Fantasía. “Como decía David Lynch, «el mundo es un lugar muy extraño». Me fascinan, por ejemplo, las cintas de transporte en los aeropuertos. También las plantas de plástico, ¿existe algo más contradictorio que una planta de plástico?”
- Temáticas: “Se ha escrito poco sobre ETA, por ejemplo -hablo de ficción-; y tenemos toneladas de papel escritas sobre la guerra civil que ocurrió hace setenta años”.
- Una pequeña lección: “La escritura es un proceso de entorpecimiento de la idea: la puedes tener muy clara en la cabeza, pero al papel siempre llega de otra manera”
- Algunos autores mencionados: Don DeLillo, Philip Roth, Julio Verne, Fernando Aramburu, Michel Houellebecq, Stendhal, Jorge Luis Borges, William Faulkner.
Filosofía actual
- “El progreso tecnológico no ha redundado en un progreso de la felicidad”
- “¿Por qué trabajamos tantas horas? Los bantú, por ejemplo, trabajan durante cuatro horas y tienen el resto para su vida personal”
- “El mundo actual es muy plástico y está en ebullición, es muy difícil contarlo teniendo en cuenta una sola historia”.
Geopolítica
- “Occidente ha creado una gran despensa de dolor en todo el mundo durante siglos, es lógico que se rebelen los aplastados.”
- “El imperio romano no cayó en un día, ocurrió de manera gradual y porque se agotó en sí mismo”, y continuó, al hilo: “Estamos viviendo un proceso de crisis en las formas de convivencia actuales”.
- “La peor idea que ha instalado occidente es que la historia había terminado, que habíamos llegado al modelo perfecto”. La democracia y el mercado, se refiere. Pero la historia no ha terminado, como demostraron aquellos locos que “irrumpieron en nuestra fortaleza a lomos de unos jinetes muy raros que destrozaron uno de los símbolos de nuestro poder”.
- “Sólo somos democráticos hacia adentro”. Aquí cierra la dicusión y volvemos al primer punto sobre geopolítica: “Occidente ha acumulado mucho dolor que al final se ha dado la vuelta”.
Su charla podría dar para una tesis, pero hay que intentar abreviar. Yo creo que no lo he conseguido.
No espero, de todas maneras, un acercamiento histórico a la cuestión. Sería desconocer la trayectoria del autor. Espero, más bien, finas reflexiones sobre algunos aspectos de aquellos atentados que, como agujas de acupuntor, nos hagan sentir rabia, asco, miedo, odio... nos hagan sentir, a secas, habilidad que Menéndez Salmón se empeña en compartir libro tras libro.
Como adelanto, acerco unas perlas que nos soltó en la charla.
Sobre El corrector:
1.- “Trata sobre una de las formas en que se presenta el mal: la mentira.” O sea, que va a tratar sobre las mentiras de un gobierno que, con el sucio fin de aferrarse al poder, pretendió sumir al país en un pozo informativo distinto de lo que la realidad impuso finalmente. “Pretendo hablar sobre otro tipo de mal, el mal de la manipulación política”, extendió.
2.- “El corrector es una novela intimista con ciertos momentos de autobiografía”. Menéndez Salmón se ganaba la vida como corrector de textos. “De todo tipo”, explicó con cierta ironía sobre los textos que corregía. Por eso lo del título, El corrector, y de ahí el inicio de la novela: cómo él vivió aquel día imborrable en la historia del país. “Contará, en cierta manera, cómo viví yo aquellos en mi oficina”.
3.- “No pretende ser la gran novela sobre el 11-M en España, no tiene nada que ver con El hombre del salto, de Don DeLillo”, aclaró, por si algunos pensaban que Menéndez Salmón transmutaría su estilo, dejaría de lado el simbolismo y la fantasía y se convertiría en un biógrafo social.
En La ofensa habló sobre la guerra, en Derrumbe sobre el miedo y en El corrector lo hará sobre la mentira. Tres de las manifestaciones del mal, según el autor de la saga. Yo espero con ansia el tercero para ver si cumple con lo que se espera de él.
Ricardo Menéndez Salmón no tiene pelos en la lengua, le gusta meter el dedo en la llaga y hurgar hasta tocar hueso. O hasta que le devuelvan el puñetazo. De momento, cuenta con la ventaja de que la cultura literaria en España es más bien discreta, y se circunscribe a ciertos best-sellers políticamente intachables. De esta manera escribir puede hacer el mismo daño que enviar un mensaje en una botella al océano.
Pero Menéndez Salmón ya no es un desconocido, un autor novel. La próxima será su sexta novela, más dos libros de relatos y unos cuarenta premios literarios en su haber. Ahora la botella es más fácil que encuentre su destino y el mensaje llega adonde no se quiera oír. Y será polémico. Y saltarán las huestes de la mentira y la manipulación a por él.
Por lo menos eso espero, que salten, que le den toda la publicidad que merece su habilidad literaria.
Algunas otros temas de los que habló.
Literatura
- Sobre calidad en la literatura. “Pretendo escribir buenos libros”
- Ciencia ficción. “Casi todos los autores actuales escriben novelas de corte cercano al realismo”. Es muy difícil, según Menéndez Salmón escribir ahora novelas de ciencia ficción. Los avances llegan demasiado rápido a la realidad y es imposible plantearse realidades futuras, como hizo en su día Julio Verne, porque antes de terminar el libro ya están presentes en la realidad.
- Fantasía. “Como decía David Lynch, «el mundo es un lugar muy extraño». Me fascinan, por ejemplo, las cintas de transporte en los aeropuertos. También las plantas de plástico, ¿existe algo más contradictorio que una planta de plástico?”
- Temáticas: “Se ha escrito poco sobre ETA, por ejemplo -hablo de ficción-; y tenemos toneladas de papel escritas sobre la guerra civil que ocurrió hace setenta años”.
- Una pequeña lección: “La escritura es un proceso de entorpecimiento de la idea: la puedes tener muy clara en la cabeza, pero al papel siempre llega de otra manera”
- Algunos autores mencionados: Don DeLillo, Philip Roth, Julio Verne, Fernando Aramburu, Michel Houellebecq, Stendhal, Jorge Luis Borges, William Faulkner.
Filosofía actual
- “El progreso tecnológico no ha redundado en un progreso de la felicidad”
- “¿Por qué trabajamos tantas horas? Los bantú, por ejemplo, trabajan durante cuatro horas y tienen el resto para su vida personal”
- “El mundo actual es muy plástico y está en ebullición, es muy difícil contarlo teniendo en cuenta una sola historia”.
Geopolítica
- “Occidente ha creado una gran despensa de dolor en todo el mundo durante siglos, es lógico que se rebelen los aplastados.”
- “El imperio romano no cayó en un día, ocurrió de manera gradual y porque se agotó en sí mismo”, y continuó, al hilo: “Estamos viviendo un proceso de crisis en las formas de convivencia actuales”.
- “La peor idea que ha instalado occidente es que la historia había terminado, que habíamos llegado al modelo perfecto”. La democracia y el mercado, se refiere. Pero la historia no ha terminado, como demostraron aquellos locos que “irrumpieron en nuestra fortaleza a lomos de unos jinetes muy raros que destrozaron uno de los símbolos de nuestro poder”.
- “Sólo somos democráticos hacia adentro”. Aquí cierra la dicusión y volvemos al primer punto sobre geopolítica: “Occidente ha acumulado mucho dolor que al final se ha dado la vuelta”.
Su charla podría dar para una tesis, pero hay que intentar abreviar. Yo creo que no lo he conseguido.
Curiosas las teorías de Menéndez Salmón. Una pena no haber estado para verle.
ResponderEliminarSorprendente que relacione el miedo con el mal, ahora no puedo ver la relación y me hubiera gustado seguirle. Sobre no trabajar más de cuatro horas, ya hubo quien lo propuso hace 70 años, Bertrand Russell en "Elogio de la ociosidad". Recomiendo su lectura.
Parece un autor interesante y en cuanto pueda le daré una oportunidad.
Gracias por la reseña, ZZ.