lunes, 16 de marzo de 2009

Literatura urgente

Dicen que la palabra es un arma poderosa.

Hay veces que es necesario defenderse con ella, pues.



Guendulain, Navarra. Municipio prácticamente inexistente con la única particularidad de que tiene una iglesia y un palacio abandonados. Además, está al lado de Pamplona.

En el año 2005, 42 empresas promotoras crean un lobby que plantea construir 19.000 viviendas en terreno rústico. No sólo prospera la idea, sino que son las propias empresas quienes dictan las reglas del juego y comienzan la planificación de una nueva ciudad con espacio suficiente para meter a una cuarta parte de la población actual de Pamplona. Los políticos ponen el culo y el terreno se vuelve urbanizable. Ni siquiera el hecho de que la autopista recién inaugurada Pamplona-Logroño pase por medio del proyecto es un problema. Con dinero público, se cambia de sitio el tramo que molesta, y solucionado. Se pone en marcha Desarrollo Sostenible -el nombre le viene al pelo-, otro gran pelotazo en época de bonanza.

2008, en plena caída libre, todavía hay quien sigue defendiendo el proyecto. Incluso, lo venden como una operación superútil en la que el gobierno poco menos que va a timar a las constructoras. Qué pobres.

Año 2009, la crisis ya dura unos meses y los que construyen -construían- ven que no se van a vender 19.000 pisos allí. Urge solución y PSN y UPN la ponen en bandeja: os recompramos los terrenos a precio de 2005 (90 millones de euros).

Una actualización de última hora -cortesía de Davinho-: las promotoras, en un alarde de generosidad y buen rollo, proponen al ejecutivo la recompra de todos los terrenos y acciones de Desarrollo Sostenible al inigualable precio de 200 millones de euros. Así sólo obtienen beneficios de un 100% y se olvidan de los disgustos que han tenido que sufrir los pobrecicos.



Son años oyendo que ellos ganan mucho dinero, sí, pero es porque arriesgan todo. Ellos son los que tiran del carro de la economía, los que hacen las grandes inversiones, los que consiguen que el país funcione y todos vivamos mejor. Es la única recompensa que tienen al hecho tan altruista de poner en riesgo todo su patrimonio... por eso tenemos que entender los pobres proletarios que ellos se lleven la mayor parte de nuestro dinero.

¿Y ahora qué?

Ahora que su castillo de naipes se desmorona por todas las esquinas, ahora que se hace cierto lo que nos decían de que ellos asumían los riesgos, nos vuelven a pedir nuestro dinero porque si no lo pierden todo. ¿Dónde está el riesgo, entonces, sobre el que los pobres proletarios comprendimos y justificamos sus aberrantes ganancias?
Esta situación demuestra que el riesgo que ellos corrían era CERO, riesgo cero. Y con riesgo cero no se entiende, en base a sus propias teorías, que se hayan estado forrando impunemente durante más de diez años. Y qué bien se disfrazaban de democracia y utilidad. Como ahora, qué bien ponen ahora cara de corderitos, y dicen que si no se les ayuda tendrán que echar a los pobres empleados. Esos empleados que de todas maneras VAN A ACABAR EN LA CALLE porque ya no les hacen falta si no se construyen más edificios.

Ya no cuela.



Señores:

Muchos hemos llegado no sólo a entender, sino también defender vuestras mentiras. Hemos vivido en ellas. Hemos llegado a creernos, no sin dudas, esa entelequia del libre mercado y su labor socializadora de la riqueza. Incluso llegamos a creer que empresas y bancos eran las garantes de nuestro sistema de vida insolidario. Nos hemos subido en el carro de buscar nuestra riqueza de la manera en que ustedes decían, labrándonos una carrera profesional -asco de eufemismo-, de endeudarnos hasta las cejas porque era LO QUE HABÍA QUE HACER.

Y ahora, en la demostración de que todo lo que decíais es mentira, yo ya no me creo nada más que venga de vuestras bocas.

Ya no cuento con vosotros.

Que os den por el culo.



Romance anónimo del bando Republicano. 1936.

Quiero un pueblo con labranza,
con industria, con caminos,
por donde anden sus vecinos
con holgura y sin holganza.

Pueblo, en fin, con las ventajas
de las prácticas modernas,
con más granjas que tabernas,
con más virtudes que alhajas.

Sin viles pasiones bajas,
sin resabios ni secuelas,
con más libros que barajas,
más aperos que vihuelas,
con poquísimas navajas
y muchísimas escuelas.

Romances populares y anónimos de la guerra de España
Ed. Calambur
Maryse Bertrand de Muñoz




Hay una iniciativa en Navarra, no sé bien de dónde ha partido, que recoge firmas -pinchad aquí, en el link con falta de ortografía- para evitar que se recompren, con dinero público, los terrenos que estos especuladores pretendían convertir en oro.

Espero que pronto estemos todos en la calle para evitar este atraco.

7 comentarios:

  1. Hay un grupo en facebook para que se pare esta estafa.
    http://www.facebook.com/home.php?#/group.php?gid=71225249103&ref=nf

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  2. ojo con los lobbys con piel de cordero

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  3. En verdad, todo lo que relatas es muy preocupante.

    Me encantó el romance anónimo, qué de verdades expresa!

    Un abrazo:)

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  4. Me encanta como escribes, y el romance más!!! Qué bueno!!!

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  5. Excelente blog. Te felicito por la forma en que desnudas el problema, y lo dejas en cueros y tiritando, perfectamente comprensible para cualquiera que pase y lo vea.
    Todo este tema de la crisis es una verguenza, pero lo cachondo es que nadie, ninguno de sus perpetradores, se sonroja.
    Pasaré a menudo por aquí.
    Saludos

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