sábado, 28 de marzo de 2009

Palabras de la historia que no conocimos


Cementerio de Morette-Gliéres, 1944

No reivindicaron
más privilegio que el de morir
para que el aire fuese
más libre en las alturas
y los hombres más libres.

Ahora yacen,
con su nombre o anónimos,
al pie de Glières y ante la roca pura
que presenció su sacrificio.

Hombres
de España entre los muertos
de la Alta Saboya:
ellos lucharon por su luz visible,
su solar o sus hijos, más vosotros
sólo por la esperanza.

La nieve aún dura prodigiosamente
viva en el aire mismo
donde morir fue un puro
acto de fe o de supervivencia.

¿Quién podría decir que murieron en vano?
Al cielo roto y a la tierra vacía,
a los pueblos de España,
a Herbás, a Mula, a todas
las islas Baleares,
a Mendavia, Viñuelas,
Ambrán, La Almunia,
Terrecampe, Tembleque,
devuelvo el nombre de sus hijos:

Félix
Belloso Colmenar, Patricio
Roda, Gabriel Reynes o Gaby, Victoriano
Ursúa, Pablo Hernández,
Avelino Escudero,
Paulino Fontava, Florián Andújar,
Manuel Corps Moraleda.

Otros duermen tal vez
bajo una cruz desnuda, lejos
de su país, de su memoria, donde
todos los muertos son
un solo cuerpo ardiente:
carne nuestra, palabra,
historia nuestra que no conocimos,
sangre sonora de la libertad.

José Ángel Valente


El sendero de los españoles es una preciosa loma situada en la Alta Saboya, a 1.440 metros de altitud. Allí murieron, en plena segunda guerra mundial, 129 guerrilleros, muchos de ellos republicanos españoles. Aquí nos han hablado siempre de ellos como los maquis. Pero ahora sé que ese nombre lo recibieron de manos de los fascistas y que se trataba de un apodo despectivo en otro ejemplo de insulto que la historia convierte en halago. 10.000 soldados del ejército nazi acabaron con estos guerrilleros en la primera mitad de 1944.

Ni con una guerra perdida, ni fuera de su país, dejarían de luchar los exiliados por unas ideas. Pensaron que si vencían a Hitler, caería Franco y todos los gobiernos totalitarios. Sólo ocurrió lo primero y los que sobrevivieron lo hicieron lejos y dispersos. La España Desterrada que alguien se empeña en que no conozcamos.

Me siento interpelado por este poema de Valente. En el antepenúltimo verso, donde dice "palabra", es como si pidiera la mía. Y la de todos los que hagamos algo por evitar que se olviden estas vidas. Para evitar que sigan ganando los de siempre.

3 comentarios:

  1. Valente, otro de los grandes incomprendidos de este país.

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  2. Nadie debería decir que murieron en vano, ya que disfrutamos hoy de muchas de las libertades por las que lucharon y dejaron de existir estos hombres. Se lo estamos pagando dando pasos hacia atrás y olvidando sin remedio. Este blog y cualquier palabra al respecto que quede escrita son las armas contra el olvido. Es una gran deuda que tenemos con quienes fueron aniquilados por ser como queremos ser nosotros ahora.

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  3. En estas fechas 'celebramos' el final de la guerra: el puerto de Alicante lleno de refugiados y combatientes republicanos, la marcha de los prisioneros al campo de los Almendros en Alicante, la humillación y muerte de muchos de los vencidos ... No fuimos más que el triste prólogo de lo que pasó después en Europa y Asia, el resultado del fracaso de las democracias de la época. Espero que, definitivamente, hayamos aprendido de los errores para que las lomas no sean más cemeterio de las libertades.

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