martes, 26 de enero de 2010

Jorge Carrión - La máquina del cuento (I)

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí."

El dinosaurio
Augusto Monterroso


Durante muchos años, este microrrelato del guatemalteco -aunque nacido en Honduras- Augusto Monterroso -aquí lo que dice de él la Wikipedia- estuvo considerado el relato más breve de la historia. Sí, es sólo esa frase, nada más. Ahora, claro, muchos pensaréis: eso no es un microrrelato, eso es jeta. Bueno, también eso pensé cuando lo leí la primera vez, pero si tanta gente entendida decía que era un microrrelato, no sería yo quien les fuera a llevar la contraria.

¿Y a qué viene esto? Pues es la introducción al taller de narrativa que, enmarcado en los
Encuentros Literarios 2009, ofreció Jorge Carrión el pasado mes de diciembre. Por supuesto, acudí a la localidad navarra de Alsasua donde se celebró el evento, y conseguí hacer mías algunas de las claves que rigen "la máquina del cuento". Ya comenté en otra entrada la sequía literaria que siguió a este taller, sequía que poco a poco voy superando y que espero que dé paso a otro nivel en mis futuros escritos, o a encontrarles nuevas posibilidades a los viejos.

La clave fundamental, en palabras textuales de
Carrión, es que "la literatura funciona cuando tiene múltiples significados". Como no es fácil de explicar esta idea de forma teórica, vuelvo al ejemplo de Monterroso.

Veamos algunas posibilidades interpretativas:

Podemos, por ejemplo, pensar que Monterroso escribió un texto fantástico: un señor se levanta por la mañana y ve que el dinosaurio sigue en su jardín. El microrrelato, aunque simple, serviría.

O situémonos en una clave de carácter ético. El relato nos sirve para plantearnos la realidad de todos aquellos que no hacen nada por solucionar los problemas, esos ilusos que pretenden que mientras duermen se resuelvan solos. Inevitablemente, al levantarse descubren que todos ellos siguen ahí. En este caso, el dinosaurio sería una representación de todos esos problemas. Vemos cómo la idea se va haciendo un poco más compleja.

Pero también podríamos pensar en una variante más simbólica: la prostituta que despierta y se encuentra con que el anciano con quien ha pasado la noche no se ha ido de su lado. O bien, atendiendo a una realidad tristemente actual, dinosaurio puede referirse al maltratador visto por su esposa herida. Ambos casos podrían resumirse mediante este relato.

Como vemos son múltiples los significados que podemos extraer. Incluso hay otro, aún más elaborado, que podría responder más a la intención del autor en su momento ya que está en relación con sus propias vivencias. Monterroso se tuvo que exiliar cuando los militares tomaron el poder, en 1957. Y cada día, al despertar, comprobaba que el dictador militar seguía allí y él no podía volver a Guatemala.


En todas las interpretaciones que se realizaron en el taller, que fueron muchas más de las que aquí recojo, el famoso dinosaurio se planteaba como una perfecta forma de expresar muchas ideas diferentes. ¿A alguien se le ocurre otra frase que pueda condensar un número tan alto de significados y expresarlos de forma perfecta?

Si, como decía al principio en palabras robadas a
Jorge Carrión, "la literatura funciona cuando tiene múltiples significados", está claro que el de Monterroso es un ejemplo de lo que denominamos literatura, hecho que justifica que se encuentre entre los relatos más leídos y comentados de todos los tiempos.

Tenemos, pues, que quitarnos de la cabeza la idea preconcebida de que se trata de una ocurrencia fugaz, una frase que aparece por la cabeza y a la que después hemos de encontrar significado. Este relato no es un alarde de jeta, sino la condensación de muchas horas de reflexión apoyada por, seguramente, textos mucho más largos pero menos significativos.
Monterroso consigue expresar, de la forma más precisa y sintética posible, la idea de la perdurabilidad de los problemas, de los errores o de los dictadores.

"La máquina del cuento"


No me atrevo a condensar en una sola entrada todo lo que dio de sí el taller. Nadie terminaría de leerla -bueno, no sé si alguien terminará tampoco de leer esta, que me ha salido una buena chapa-, pero si pretendo que se entienda algo de lo que quiero contar es mejor parar aquí, recoger la idea y esperar a la siguiente entrega. En ella intentaré haceros llegar, como hizo conmigo Carrión en Alsasua, alguna de las formas que podemos emplear para dotar de múltiples significados a un relato.

Prometo la mejor de las voluntades, que espero que vaya acompañada por la pericia a la hora de trasladar el concepto.

Más del mismo tema:
- La máquina del cuento (II)
- La máquina del cuento (y III)

7 comentarios:

  1. Pues yo acabo de terminarla y no me parece una chapa; al contrario, la encuentro muy interesante. Espero las siguientes.

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  2. Otro que está a la espera del siguiente capítulo.
    Las chapas no se pueden clasificar según la cantidad de palabras impresas, si no en la poca capacidad de seducir al lector a seguir haciendolo, independientemente de la longitud del escrito.
    En este caso ya ves que al menos dos de tus lectores encontramos amenos tus comentarios.
    Saludos y a seguir

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  3. Anda el otro, una chapa... ¡exagerado!
    Yo a Monterroso le perdono este "microrrelato" porque me parece uno de los genios del relato y sobre lo de los múltiples significados... bueno, creo que por cosas así dejé de lado teoría de la literatura y me centré en la lingüística. Efectivamente, el texto literario subsiste por lo sugerente, novedoso y bien escrito que está, pero a veces los hermeneutas se pasan hallando significados. Yo soy partidaria de que cada uno lea lo que cada momento le sugiera (es decir, que el libro lea al lector) y que haya menos conductismo crítico que te destroce esa maravilla que es leer.

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  4. Zeberio, yo terminé tu explicación y me ha encantado, es más no he leído, aún, nada de Monterroso, pero lo apunto para empezar a leer elgo de él.
    Espero tus explicaciones, me han parecido de los más interesante.
    Un saludo
    Teresa

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  5. De acuerdo con Lammermoor y los demás, de chapa nada, todo muy interesante y muy bien explicado. También espero "próximas ediciones".

    Eso sí, también se me ocurre que quizá el autor NO quería decir nada de las muchas interpretaciones que se le dan, quizá era algún otro significado. O no había significado oculto ninguno.

    Es la grandeza de la literatura, puede ser tan sugerente que admite muchas interpretaciones diferentes y ninguna tiene por qué ser mejor que las otras.

    Además, una vez que un libro se lee, en cierta manera pasa a pertencer un poco al lector, y la intención que le quiso imprimir el autor, no es la única idea posible o correcta, también existe las interpretaciones que ha ido creando el lector, que al leer una obra, la hace un poco suya.

    Y esto, señores y señoras, esto SÍ que es una chapa.

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  6. jajaja, ay Loque me haces reír siempre. Me ha gustado tu interpretación, es lo bueno de todo esto que cada uno puede pensar lo que quiera.
    Puede ser que al levantarse pensase, otro día más igual de aburrido que el otro.
    Teresa

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  7. desde luego esuqe yo no lo he pillado la gracia al micro realto, lo mío debe mega relatos o algo, no ´se. El dinosaurio seguía donde?

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