¿Y a qué coño viene esto? Bueno, pues viene a que el jueves pasado, a las 20:00, coincidieron en el tiempo dos presentaciones de libros a las que quería ir. Una, en Pamplona, imprescindible porque la hacía Ana Jaka, una de las poetas que me están haciendo abrir los ojos ante las posibilidades de la lírica. Yo no la conocía más que por amigos comunes, pero la había leído en su blog y me sentía con una necesidad urgente de saludar a la autora de esos versos. La otra presentación se celebró en Madrid, donde Eloise Liyu lanzó al mundo su primer libro de relatos. Se trataba de un acto mucho más modesto y familiar, un libro autoeditado por una valiente.
Por aquello de lo que hablaba, no haber sido capaz de estar en dos sitios a la vez, tuve que elegir y me planté en la presentación pamplonesa, donde por fin conocí a Jaka. Al día siguiente pude quedar con Liyu en Madrid, y me enseñó la versión original de su libro, que está a punto de ir a imprenta -y del que ya he pedido un ejemplar, faltaría más-.
1. Mero amor / Línea discontinua, de Ana Jaka
Empecemos por la presentación del poemario. Como siempre, un fragmento para ilustrar el librazo.
"Aprendí historia:
un día, de pronto, ya no eres.
Desde entonces, ya no eres.
Me revienta tratar con la gramática.
Araño las palabras,
vuelco la papelera,
en pasado, me dicen, en pasado.
Río como una loca.
Que no se acerquen,
que me miren si quieren,
estoy haciendo algo imaginario,
que hablo sola, sí
sola.
Nuestra historia ahora es mía
toda entera.
Escarbo sus momentos más preciosos,
si vierais cómo brillan...
Mi sombra proyectada será enorme,
¿cómo voy a volverme?
Delante, estabas tú
estabas
respirando en las máquinas
con los ojos cerrados, un suspiro que iba,
me dejaba en suspenso,
y volvía.
Tiene que ser así, un suspiro tras otro,
la vida.
Y, de pronto,
la historia."
Ana Jaka
Aprendí historia. -Mero amor / línea discontinua- (2009)
Aprendí historia. -Mero amor / línea discontinua- (2009)
Este libro de poemas que edita Bilaketa -en su Biblioteca joven Francisco Ynduráin- cuenta una historia de amor -Mero amor- y de pérdida. O sea, de extremos. En estos versos se lee no sólo la letra, sino sobre todo los espacios en blanco, ese hueco al final de las palabras que reclama su lugar en los poemas de Ana Jaka. Piden lectura en voz alta, entonado, y pasar la vista por esas líneas que pronto acaban, dejando como silencio expectante que hace que el mensaje se quede suspendido en el vacío y caiga, despacito y errático, una hoja mecida por el viento que de pronto encuentra su lugar y se posa suave. Otra hoja que cae en silencio, y otra, y por fin un montón de ellas que construyen significado horadado en las entrañas.
Vaya, me he dejado llevar y me acaba de salir un cacho de poesía. Cutre, supongo, porque es la primera vez que me meto a hacer metáforas. Cuando uno huye del dulce, como me ocurre a mí, deja de valorar la lírica y pasa como un rodillo sobre todo lo que no sea contundente. Descubrir Mero amor/Línea discontinua ha sido como enamorarme de un colibrí, cuando yo siempre me sentí más inclinado hacia las apisonadoras.
2. Ocurrió alguna vez en Madrid, de Eloise Liyu.
"El principio es como todo, lo podemos poner donde nosotros queremos, pero voy a elegir un momento importante:
Vestidos de negro y con el instrumento en la mano subimos despacio las escaleras y respiramos antes de que el silencio invadiera el entorno. Clara iba la primera, y una vez puso el pie en el escenario empezaron los aplausos.
Este sería el principio, y como toda buena pieza de teatro contaremos tres actos, bueno tres momentos, tres recuerdos, tres sensaciones… e iremos al final, que no es un final, sino otro principio. El bucle de la vida."
Eloise Liyu
Noa y Berlín. -Ocurrió alguna vez en Madrid- (2009)
Noa y Berlín. -Ocurrió alguna vez en Madrid- (2009)
Eloise Liyu juega en otra liga. La de aquellos que empiezan en esto de las letras con las únicas armas de la ilusión y la voluntad. Ocurrió alguna vez en Madrid es un libro autoeditado, casi manufacturado. La pena es que es sólo para amigos, para enseñarnos sus progresos y poca vergüenza. Porque hay que tener poca para atreverse a mostrar algo en lo que se pone tanto esfuerzo, y tener estómago para aguantar la crítica e indiferencia que sufrimos los que nos dedicamos a esto sólo por amor.
He leído muchas cosas suyas, de Liyu. En sus letras se ve que tiene madera, dulzura e inocencia. Y esto es siempre una garantía si queremos encontrar verdades. Sólo espero que esta presentación sea la primera de muchas, que siga aprendiendo en tres actos, o en diez o en mil. Y publique más relatos, y más novelas. Y dentro de unos años alguien descubrirá esta joya y la publicará de nuevo, esta vez a lo grande. Así, como ella misma dice en su texto, ocurrirá que el final vuelve a ser sólo un principio. El bucle de la vida.
A veces un verso es una ventana difícil de abrir pero con el mejor paisaje.
ResponderEliminarGracias por todas las revelaciones.
Pues que suerte la tuya la de tener casi una ubicuidad. Por cierto, que sepas que me has dado mucha envidia.
ResponderEliminarun abrazote.
Gracias por el post. Sobre el espacio en blanco, no había pensado tanto en ello, por no decir nada, antes de publicar el libro. Es curioso cómo se están rebelando cosas de él... ahora que tiene forma en papel y lectores. Es genial esto de publicar, habrá que repetir... ja ja.
ResponderEliminarMe ha encantado eso que ha puesto ana sobre la ventana.
Sí, yo también pienso que casi-casi tienes el don de la ubicuidad.
ResponderEliminarY felicidades y mucha suerte, a las dos autoras publicadas.
Me encanta la poesia que se ha elegido, por su delicadeza, por su cercanía...
ResponderEliminarHabrá que leer el poemario!
Por mi parte sólo dar gracias al autor de tan linda crítica y sonreir al saber que escribir hace feliz a muchos y q eso me hace feliz a mi!
*
Elo
Eloise:no me canso ni me cansaré de darte la enhorabuena, y menos me cansa la felicidad que me produce el leer cosas buenas sobre ti, sobre tú libro.
ResponderEliminarSi por eso a de ser, continúa sonriendo.
Y lo dicho, felicidades por la pronta impresión del libro.
Voy a leer el poema otr a vez.
Un beso, Dawson.